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EFE/OTR/PRESSLONDRES
La «guerra contra el terrorismo» promovida por Estados Unidos, lejos de lograr una mayor seguridad global, ha hecho del mundo un lugar «más peligroso», advirtió ayer Amnistía Internacional (AI) en su informe anual de 2003.

Amnistía cree que si la coalición británico-estadounidense no hace «verdaderos esfuerzos» para restablecer la ley y el orden y garantizar el respeto a los derechos humanos en Irak, ese país corre el riesgo de tomar la senda por la que ahora transita Afganistán.

Durante la presentación del documento en Londres, la secretaria general de la organización pro derechos humanos, Irene Khan, afirmó que «desde que acabó la Guerra Fría en ningún momento han estado los seres humanos más inseguros en todo el mundo». Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU, la ofensiva antiterrorista impulsada por el presidente estadounidense, George Bush, sólo «ha restringido el ejercicio de derechos humanos y socavado el imperio del derecho internacional», dijo Khan.

Además -subrayó-, esa lucha «ha blindado a los gobiernos contra todo escrutinio, ha acentuado las divisiones entre pueblos de diferente credo y origen, sembrando las semillas que generarán más conflictos. Y la abrumadora consecuencia de eso es el miedo».

Otro asunto que denuncia el informe de Amnistía es el «escándalo» que representa la detención -sin cargos o juicio- de unos seiscientos ciudadanos extranjeros que fueron recluidos en la base norteamericana de Guantánamo (Cuba) tras la guerra de Afganistán.

El trato de esos prisioneros contrasta con el llamamiento de EEUU para ajusticiar a los autores de los abusos cometidos por el régimen de Sadam Husein, un hecho que prueba que Washington se ha comprometido con una defensa «a la carta» de los derechos humanos, según Khan.

«Mientras declara estar dispuesto a llevar la justicia a las víctimas de Irak, EEUU no ha dejado de socavar activamente el Tribunal Penal Internacional (TPI)», insistió AI, en referencia al doble rasero de la Administración norteamericana.