París29/05/03 0:00
El Gobierno francés adoptó ayer un proyecto de reforma de las pensiones con la voluntad declarada de salvar el sistema de repartición, amenazado por los cambios demográficos, y sin hacer caso del rechazo de la mayoría de los sindicatos. La decisión del Gobierno de centroderecha de Jean-Pierre Raffarin de seguir adelante, con vistas a la adopción parlamentaria del plan a mediados de julio, abre la puerta a un endurecimiento del pulso con los sindicatos, con convocatorias de nuevas huelgas.
Se trata de una reforma «justa» y «urgente» porque el sistema actual está «amenazado», dijo el jefe del Estado, Jacques Chirac, en el Consejo de ministros que aprobó el plan pilotado por el ministro de Asuntos Sociales, François Fillon. El Gobierno tenía el «deber» y «la responsabilidad de actuar, sin demora» para no tener que tomar «un día» medidas «brutales», agregó el neogaullista Chirac, según el portavoz del Ejecutivo.
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