El primer ministro israelí, Ariel Sharón, manifestó ayer que «está
dispuesto a hacer concesiones dolorosas, muy dolorosas por una paz
verdadera». Así lo manifestó anoche en una convención de su partido
Likud, donde fue recibido con abucheos por sus correligionarios que
se oponen a la aceptación de la «Hoja de Ruta», la última
iniciativa de paz para Oriente Medio. «Os he asegurado que traeré
la paz y la seguridad y la victoria hacia la que nos encaminamos
está al alcance de la mano».
«Hemos roto el espíritu de lucha de nuestros enemigos, ahora
debemos hacer un esfuerzo adicional para consolidar nuestra
victoria, porque su fruto -la seguridad para todos frente al
terrorismo- es lo que pedimos desde el principio y lo que
seguiremos pidiendo». Entre sonados pitidos, abucheos y pancartas
que rezaban «Sharón se ha rendido al terrorismo», el primer
ministro enunció en su discurso los logros de su actual Gobierno y
tuvo palabras para la cumbre de Aqaba.
Agregó que su Gobierno «no cometerá errores del pasado» como
sucedió en el proceso de Oslo, y afirmó: «no daremos nada (a los
palestinos) mientras continúe el terrorismo». Agentes de seguridad
intervinieron en repetidas ocasiones para sofocar las protestas,
incluso el lanzamiento de objetos contra Sharón mientras las
críticas eran insistentes.
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