Los colonos judíos, que ayer se opusieron por la fuerza a la
evacuación del primer asentamiento «ilegal» habitado, se han
lanzado a una campaña de consecuencias impredecibles y que tiene a
los servicios de seguridad en estado de alerta desde hace varias
semanas. Y es que la tensión entre los colonos y el gobierno de
Ariel Sharón llegó ayer al máximo nivel tras los repetidos intentos
de evacuación por el Ejército del primer enclave judío habitado en
Cisjordania, el de Mitzpe Yitzhar, próximo a Naplusa.
Alrededor de mil soldados y policías completaron a última hora
de la tarde el desalojo de las tiendas de campaña y otras
estructuras levantadas allí por los colonos, después de que el
Tribunal Supremo de Israel rechazara el último de los recursos
presentados y tras una jornada de violentos enfrentamientos. Más de
veinte agentes de Policía y soldados, así como siete colonos,
resultaron heridos en los choques, algunos con fracturas de huesos
y dientes y que debieron ser hospitalizados.
Los soldados, que llegaron al lugar sólo con cuchillos para
desmontar las tiendas, debieron lidiar con cientos de colonos que
les bloquearon el acceso y llevarse a muchos de ellos arrastrados
por el suelo. Además, y tratando de evitar que los soldados se
aproximaran al campamento, los colonos incendiaron campos de
cultivo palestinos de alrededor.
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