Un soldado británico dialoga con niños iraquíes en la Embajada del Reino Unido en Bagdad.

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JAVIER MARTÍN-BAGDAD
Al menos seis soldados británicos murieron ayer en la localidad meridional iraquí de Al Amara en el primer ataque contra las fuerzas de ocupación en el sur de Irak desde que el pasado 1 de mayo se anunciara oficialmente el fin de la guerra. El ataque, el más sangriento sufrido por las tropas británicas desde el inicio del conflicto bélico, el pasado 20 de marzo, coincidió con la primera rueda de prensa del enviado especial para Irak de la Secretaría General de la ONU, Sergio Vieira de Melo, quien expresó su deseo de que el pueblo iraquí sea «libre, democrático, unido y en paz consigo mismo».

En un incidente separado, otros ocho soldados británicos resultaron también heridos ayer, tres de ellos de gravedad, al ser tiroteados en la misma zona. Según fuentes oficiales británicas, el ataque se produjo cuando un helicóptero «Chirook» llevaba a cabo una operación de intervención rápida para evacuar a un soldado del I Batallón del Regimiento de Paracaidistas.

Según fuentes oficiales británicas, el ataque ocurrió en la localidad meridional de Al-Amara, cuando los soldados que patrullaban por la zona cayeron en una emboscada tendida por desconocidos. El incidente, del que no se dieron más detalles, ya que «se encuentra bajo investigación», es el más grave ocurrido a las fuerzas de ocupación desde el fin de la guerra.

Además, tres iraquíes murieron y dos resultaron heridos en un tiroteo que tuvo lugar ayer en un control en la ciudad iraquí de Ar Ramadi (noroeste), en el que también resultó herido un soldado norteamericano, según informa el Comando Central Norteamericano (Centcom). El soldado estaba siendo intervenido en un hospital.