El organismo presidido por Alan Greenspan, que adoptó esta medida
por once votos a favor y uno en contra (favorable a una bajada de
medio punto), señaló en el comunicado posterior a la reunión que
espera que esta leve reducción del precio del dinero ayude a la
recuperación, ya que la economía estadounidense sigue sin mostrar
«signos de crecimiento duradero».
El banco central norteamericano cumplió así con las previsiones
de los analistas, que únicamente discrepaban en si el recorte sería
del 0,25 o del 0,50 por ciento, y supone el primer movimiento de su
política monetaria del año, tras la rebaja de medio punto aplicada
el pasado 6 de noviembre.
Con esta recorte, el organismo presidido por Alan Greenspan deja
en el 1 por ciento el tipo de interés diario que emplean los bancos
para sus financiaciones a corto plazo, e intenta atemperar el
riesgo deflacionista existente en Estados Unidos, su principal
problema en estos momentos, junto al escaso dinamismo de la
actividad económica.
La Fed volvió a expresar su inquietud por el peligro de
deflación en Estados Unidos, al estimar que actualmente hay más
probabilidades de que se produzca una caída sustancial «y no
deseada» de la inflación que un repunte de los precios, que ya se
encuentran «bajos».
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