El primer ministro británico, Tony Blair, calificó ayer de «grave»
la situación de seguridad que se registra todavía en Irak y afirmó
que, si fuera necesario, el Reino Unido podría reforzar el
despliegue de tropas en ese país, tras la muerte el martes de seis
de sus soldados.
Blair sugirió que la situación puede mejorar en las próximas
semanas con la llegada de miles de militares de una veintena de
países que integrarán la fuerza multinacional acordada para Irak, y
que se distribuirá en los tres sectores militares en los que ha
sido dividido ese país.
El primer ministro compareció ayer ante la Cámara de los
Comunes, en la que rindió tributo a los seis policías militares
británicos que ayer murieron en un incidente ocurrido en las
inmediaciones de la ciudad de Al Amara, a unos 200 kilómetros de
Basora (sur de Irak).
Según Blair, la situación en Irak es todavía «grave» debido a
que algunos partidarios del depuesto régimen de Sadam Husein «están
intentando reagruparse y pueden ser una amenaza» para las tropas
aliadas.
Por ello, y tras la muerte de los seis soldados británicos en el
incidente más grave que sufren las tropas del Reino Unido desde el
final de la guerra, Blair prometió «redoblar los esfuerzos» de su
país, que tiene 10.000 militares desplegados en el país árabe y
4000 estacionados en la zona, para «conseguir la estabilidad en
Irak».
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