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CARMEN ROMERO-BRUSELAS
El nuevo Gobierno belga ha aprobado un proyecto de reforma de la polémica ley de competencia universal como primera medida, en una clara señal a EEUU e Israel de que pretende zanjar los incidentes diplomáticos y evitar una crisis con la OTAN.

En su primer Consejo de Ministros, pocas horas después de jurar ante el rey Alberto II, el sábado, el nuevo Ejecutivo belga -una coalición de liberales y socialistas- aprobó un anteproyecto de ley sobre la represión de violaciones graves del derecho humanitario.

La celeridad se debe a que el primer ministro, el liberal Guy Verhofstadt, quiere que el Parlamento lo adopte antes de las vacaciones. Intenta así disipar las tensiones diplomáticas con varios países, dado que la medida deroga de facto la llamada ley de competencia universal, tal y como fue modificada en 1999 y en 2003.