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Para acabar con cualquier duda, el Ejército estadounidense permitió ayer el acceso de la prensa internacional a los cadáveres de Udai y Qusai Husein, cuyos cuerpos han sido retocados para que su aspecto se parezca más al que todos conocían cuando vivían. La Casa Blanca defendió la decisión de publicar las fotografías de los cuerpos de los dos hijos de Sadam Husein, argumentando que no son comparables con la difusión, el pasado mes de marzo, de fotos de soldados estadounidenses muertos o prisioneros en Irak, y asegurando que la decisión no viola la Convención de Ginebra sobre prisioneros de guerra.

El diario vaticano «L'Osservatore Romano» criticó ayer la publicación de las fotos de los cadáveres y afirmó que se ha violado la legislación internacional en lo que se refiere a los conflictos. «Una vez más la trágica cara de la guerra», titulaba ayer el vespertino de la Santa Sede.

Las fuerzas estadounidenses escoltaron en una morgue improvisada a una quincena de periodistas para que confirmaran que Udai y Qusai, cuyos cuerpos casi desnudos y sin sangre en sus heridas reposaban en camillas metálicas en una tienda de campaña climatizada, habían muerto el pasado martes. Las televisiones por cable estadounidenses difundieron ayer un vídeo mostrando los cuerpos lavados.