Las autoriadades temen que el número de bajas pueda incrementarse.
Serguéi Fridinski, Fiscal General adjunto de Rusia, informó a
Interfax en el lugar del siniestro, en el Cáucaso Norte, de que
cuatro horas después del atentado los equipos de rescate habían
recuperado debajo de las ruinas del hospital 35 cadáveres.
Otras fuentes añadieron que al menos cuatro heridos rescatados de
entre los escombros habían muerto mientras eran trasladados a otros
centros médicos de la zona y que otros tantos se debatían entre la
vida y la muerte.
«Pero a juzgar por la magnitud de las destrucciones y la
cantidad de gente que había en el hospital -unas 150 personas,
entre pacientes y personal médico-, el número final de víctimas
será superior», subrayó Fridinski.
El Ministerio de Situaciones de Emergencia informó por su parte
de la hospitalización de al menos 69 personas, aunque precisó que
en total había unos 300 heridos, la mayoría por cristales rotos y
piedras que saltaron por los aires tras la explosión.
Según fuentes militares y testigos, el atentado fue perpetrado
por dos terroristas «kamikaze» que irrumpieron en territorio del
hospital militar en un camión pesado KAMAZ cargado con una tonelada
de explosivos, que detonaron cerca del edificio principal. La
explosión, que abrió en la tierra un hueco de doce metros de
diámetro y cuatro de profundidad, destruyó el edificio, de tres
plantas, y enterró bajo sus escombros a los que estaban dentro.
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