La Cumbre intercoreana fue una auténtica celebración que lanzó la
cooperación entre las dos Coreas y ayudó al ex presidente
surcoreano Kim Dae Jung a ganar el Nobel de la Paz del año 2000,
pero la relevancia del galardón se vio empañada por las acusaciones
de que compró con dinero la celebración de la Cumbre. El dinero
pagado por Hyundai estaba supuestamente destinado a asegurarse la
adjudicación de monopolios en el sector de turismo y otros
proyectos en Corea del Norte.
La muerte de Chung ha causado sorpresa en el entorno empresarial
de Seúl. El directivo de esta filial del gigante industrial Hyundai
dedicada a Corea del Norte estaba acusado también de falsificación
de documentos de la empresa para ocultar la transferencia secreta
antes de la Cumbre entre Pyongyang y Seúl.
Fuentes de la empresa afirmaron que el magnate, hijo del
fundador de Hyundai, dejó dos notas de despedida, una para su
familia y otra destinada a un colaborador cercano. «Siento ser un
hombre estúpido y cometer un acto estúpido», afirma el escrito
dirigido a su hombre de confianza Kim Yoon Kyu, a quien también le
pide que continúe con los proyectos de negocio de Hyundai Asan en
Corea del Norte. En la segunda nota, dirigida a su mujer y sus
hijos, Chun pidió que sus cenizas sean esparcidas en el Monte
Geumag, un lugar en el que el empresario proyectaba crear visitas
turísticas.
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