La BBC se mantiene ayer a la defensiva en la investigación sobre la
muerte del científico David Kelly, al conocerse divergencias entre
sus periodistas sobre las alegaciones de aquel y las posibles
presiones a una reportera.
La credibilidad de la BBC se encuentra bajo sospecha en la
investigación del juez James Hutton, un caso que se complica por
momentos y que puede dejar malparados a ese reputado medio, al
Gobierno británico y al propio Kelly.
Pese a que lo negó poco antes de su muerte en un Comité
parlamentario, así se lo dijo Kelly al periodista de la BBC Andrew
Gilligan, autor de la polémica noticia emitida el 29 de mayo que ha
dado lugar a este caso, pero también a Susan Watts y a Gavin
Hewitt.
Estos dos últimos comparecieron ayer ante lord Hutton, junto al
director de informativos de la BBC, Richard Sambrook, después de
que Watts se distanciase de la información de Gilligan y denunciase
presiones de sus jefes para que ambas noticias «cuadrasen».
Aunque Watts ha negado que Kelly realizase una acusación directa
contra Alistair Campbell, portavoz de Blair, en una cinta grabada
de la última conversación que mantuvo con el científico éste señala
a «la oficina de prensa» del primer ministro como responsable de la
manipulación.
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