El estallido de una bomba interrumpió ayer el suministro de agua en la capital iraquí.

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Al menos seis iraquíes murieron y otros 59 resultaron heridos en un ataque con disparos de mortero a una cárcel del oeste de Bagdad, informaron ayer fuentes militares estadounidenses.

El ataque se registró la noche del sábado en el presidio de Abu Gharib, el más grande de Irak. De acuerdo a las fuentes, tres proyectiles de mortero impactaron en el interior de la cárcel, causando la muerte instantánea de tres reclusos, mientras que otras tres personas fallecieron en el hospital.

Se desconoce si las últimas víctimas mortales son internos o funcionarios de la prisión. Las fuentes precisaron que las tropas de ocupación norteamericanas han abierto una investigación para esclarecer el ataque.

Además, un cámara palestino de la agencia de información británica Reuters-TV, Mazen Dana, de 41 años, murió ayer a las afueras de una cárcel custodiada por el Ejército estadounidense, cerca de Bagdad, según informó la propia agencia.

«Murió alcanzado por disparos cuando estaba trabajando en el exterior de la cárcel de Abu Gharib. Hay testigos que dicen que lo mataron soldados estadounidenses. El Ejército norteamericano ha dicho que está investigando los hechos», informaron periodistas de Reuters.

La víctima, padre de cuatro niños, trabajaba para Reuters desde hacía más de diez años, sobre todo en Hebrón, al sur de Cisjordania, de donde era natural.

El Ejército estadounidense ha confirmado que un civil murió acribillado en el exterior de la prisión Abu Gharib, pero se negó a dar más explicaciones.

Además, ayer se anunció que un soldado danés fue abatido a tiros el sábado en la ciudad meridional iraquí de Basora cuando se disponía a echar el alto a un camión en el que viajaba un grupo de contrabandistas de cobre.

El soldado danés es el primer militar no norteamericano ni británico que muere en Irak desde que el pasado nueve de abril cayó el régimen de Sadam Husein.

El hasta ahora desconocido grupo se presentó en televisión como Movimiento de Resistencia Islámica Nacional, y en un comunicado leído ante un cámara aficionado intentó dejar claro que no tiene cualquier tipo de lazo con el depuesto presidente Sadam Husein.

Sobre un fondo en el que se podía observar a cinco encapuchados armados con fusiles de asalto tipo «Kalasnikov», una voz glosaba unos argumentos contra ocupación similares a las organizaciones de resistencia nacional como el movimiento palestino Hamas o el grupo chiíta libanés «Hizbula».

En Bagdad, también fueron atacados el sábado dos soldados de EEUU a la salida de un restaurante, pero sus heridas no revisten riesgo para sus vidas, anunció el mando norteamericano.

En el norte de Bagdad, la población ha añadido una dificultad más a su ya penosa vida diaria, con un corte de agua originado por una explosión en una de las tuberías que abastecen a la ciudad.

Según los vecinos, que salieron a las encharcadas y fangosas calles, una fuerte deflagración se escuchó durante la mañana e instantes después, un vehículo partió a toda velocidad del lugar de los hechos.

Cerca de Tikrit, soldados de la IV División estadounidense desmantelaron ayer una «importante» fábrica de artefactos explosivos de seguidores del depuesto gobierno, informó si más detalles el mando estadounidense en esta conflictiva ciudad del norte iraquí.

Venganza
Por otra parte, la cadena de televisión árabe Al Arabiya difundió ayer un mensaje manuscrito atribuído al número dos del ex régimen iraquí, Ezzat Ibrahim, en el que promete vengar a los dos hijos del ex presidente Sadam Husein, asesinados por el Ejército estadounidense.

Al Arabiya, una cadena de capital mayoritariamente saudí y con sede en Dubai, aseguró que la carta tiene fecha del 30 de julio.Se trata de la primera misiva atribuida al ex vicepresidente del Consejo de Dirección de la Revolución (CCR), la más importante instancia directiva en la época de Sadam Husein, difundida por una televisión árabe desde la caída del régimen, el pasado 9 de abril.

El primer convoy del grueso de la tropa española destinada a Irak partió esta madrugada de Kuwait rumbo a Diwaniya (sur de Irak), en un polvoriento, tórrido y penoso viaje de 500 kilómetros para el que necesitarán dos días.

Con las primeras luces del alba, y guiados por un enlace de EEUU, la primera columna, compuesta por 37 vehículos y 260 hombres, abandonará la base «Camp Coyote», en Kuwait, y se internará por el desierto a través de la denominada ruta «Tampa». «Es la ruta para convoyes largos. Son carreteras secundarias, sin asfaltar, por donde los vehículos tienen que ir muy despacio y donde los principales problemas son el calor y el polvo», explicó el comandante González.