Un simulacro sin precedentes de un ataque terrorista con armas
químicas en el Metro de Londres puso ayer a prueba la capacidad de
repuesta de los servicios de emergencia londinenses, frente a una
hipotética amenaza de esta naturaleza.
En un escenario que emulaba el atentado con gas sarín en el
metro de Tokio, que en 1995 mató a 12 personas e hirió a más de
5.000, cientos de policías y miembros de los servicios de
emergencia fueron movilizados para combatir esta amenaza
ficticia.
Un oficial de Policía declaró que «todo ha salido de acuerdo con
los planes y parece que los equipos se han desplegado bien».
El lugar elegido fue la estación de metro de Bank, en pleno
distrito financiero de Londres y donde confluyen 5 líneas de metro,
además de la conexión ferroviaria con el complejo de oficinas que
rodea a la torre de Canary Wharf.
Además, el Gobierno británico ha trazado un plan para evacuar a
la población de Londres como último recurso para afrontar una
amenaza terrorista grave, según informó ayer el periódico británico
«The Sunday Times».
En los documentos clasificados consultados por este diario el
nombre en clave del proyecto es Operación Sassoon.
No se descarta en el plan «realojar a medio o largo plazo» a la
ciudadanía desplazada si se hacen inhabitables partes de la ciudad,
como ocurriría si se lanzara una «bomba sucia» sobre la ciudad.
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