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MACARENA VIDAL-WASHINGTON
El presidente de EEUU George W. Bush, que repasó ayer con su representante en Irak, Paul Bremer, la situación en esa nación, aseguró que los últimos ataques demuestran que los rebeldes están «desesperados» por los progresos en ese país. «Cuanto más éxito tengamos sobre el terreno (en Irak), más reaccionarán los terroristas, más ataques sufriremos», señaló. En declaraciones desde el despacho oval, donde se reunió con Bremer, Bush insistió en que Estados Unidos seguirá en Irak «a pesar de los ataques» e indicó que los rebeldes en ese país árabe están «desesperados» por los avances que, en su opinión, se están logrando en la reconstrucción.

El Senado de EEUU ha aprobado una enmienda -pendiente ahora de negociación con la Cámara de Representantes- para que, de los 20.000 millones de ayuda, la mitad, 10.00 millones, se conceda en forma de préstamos. «Mi posición ha sido y sigue siendo que el dinero que proveamos a Irak se les haga llegar como ayuda», dijo el presidente, quien alega que los préstamos no harían sino aumentar aún más la carga de deuda externa del país, calculada en más de 100.000 millones de dólares.

Las declaraciones de Bush se produjeron poco después de que más de cuarenta personas murieran y más de 200 resultaran heridas en Bagdad en una serie de atentados contra la sede de la Cruz Roja Internacional y cuatro comisarías de Policía. El presidente destacó la importancia de que la ayuda que Estados Unidos ha prometido para la normalización de Irak, de 20.000 millones de dólares, se conceda en forma de donaciones a fondo perdido y no como préstamos.