El hasta ayer líder conservador necesitaba el voto de la mitad más
uno (84) de los 165 miembros del grupo parlamentario para salvar su
liderazgo que, paradójicamente, contaba con el respaldo de la base,
como se constató en el reciente congreso anual de la formación. Sus
detractores estaban entre sus colegas del Parlamento, quienes
criticaban su poca agresividad y escaso carisma para hacer frente
al primer ministro laborista, Tony Blair.
«El grupo parlamentario se ha pronunciado y abandonaré el cargo
cuando sea elegido mi sucesor», declaró el líder, derrotado, a las
puertas de la sede del Partido Conservador en Londres. Con aire
digno y tono contenido, Iain Duncan Smith, que durante su liderazgo
ha recibido puyazos por ambos costados, agradeció «el inmenso
honor» de haber podido servir a los «tories» y adelantó que
respaldará a su sucesor «sea quien sea».
«Aunque ya no pueda ser el primer ministro del primer Gobierno
conservador del siglo XXI, creo que dejo un programa político serio
y sólido para ese Gobierno», dijo Duncan Smith en su despedida. A
los ataques por su talante de «hombre tranquilo» (como él mismo se
definió una vez), se sumó en su contra una reciente acusación por
contratar a su esposa Betsy como secretaria con fondos
públicos.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.