El cultivo de la oliva es uno de los que pueden ser mínimamente
rentables en los terrenos de secano de Eivissa. Tras el éxito que
las ayudas económicas emitidas desde la Conselleria d'Agricultura
para el cultivo de árboles tradicionales ha tenido en la isla -el
año pasado se plantaron 12.000 árboles financiadas con los fondos
de la Ecotasa-, ahora el Ayuntamiento de Sant Josep ha organizado
un curso de cultivo de olivas financiado a través del programa
europeo Leader del que se beneficiarán un total de 70 personas que
se han dividido en tres grupos.
Los dos primeros ya han iniciado el seminario de 38 horas que se
extenderá hasta principios de enero en Can Curt y en distintas
fincas de olivos de la isla, donde se darán clases sobre el
terreno. Los técnicos agrícolas Rosalina Marí y Bernabé Linero son
los responsables de impartir los contenidos de este curso cuyo
objetivo es la formación de productores de oliva. «Lo que haremos a
través de este curso es orientar a los propietarios de pequeñas
plantaciones de olivos para que puedan obtener un rendimiento
económico con lo que produzcan», resumió Rosalina Marí, quien junto
a Bernabé Linero mostrará a los participantes en el curso las
fórmulas más adecuadas para obtener un aceite de calidad para que
éste pueda pasar del autoconsumo a la comercialización.
«Nos centraremos en las características de las plantaciones de
olivos de la isla y en la manera tradicional de la obtención del
aceite para, de este modo, explicar las nuevas técnicas que
permitan conseguir procesar la oliva en el momento de su
recolección y aprovechar toda su calidad», añadió la técnico
agrícola, quien también explicará a sus alumnos las características
de las variedades aberquina, picual y la autóctona empeltre, las
tres que se están cultivando en la isla. El apartado de manejo de
los cultivos, podas y abonado del terreno son otros de los
capítulos incluidos en este curso que la próxima semana estrenará
la primera almazara de producción industrial de la isla situada en
Sant Josep. A través de los contenidos de este curso los
particulares que han plantado olivos el pasado año en toda la isla
están comenzando a familiarizarse con las nuevas tecnologías y
formas de transformar las olivas ibicencas en aceite.
«El fin último de este proyecto de formación es que se consiga
que todos estos propietarios de olivares se agrupen en una
cooperativa para comercializar el aceite que obtengan de aquí a
cuatro o cinco años», reveló Rosalina Marí, quien adelantó que el
curso servirá también para que se redacte una normativa directriz
que tendrán que cumplir todos los productores de aceite ibicenco
que quieran producir un producto de calidad.
Este documento marcará las variedades y el porcentaje de las
mismas, los procesos de transformación, sistemas de cultivo, etc,
que harán que el producto obtenido pueda almacenarse y someterse a
los registros sanitarios pertinentes imprescindibles para su
comercialización.
E.Estévez
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