Rumsfeld protagoniza la segunda visita por sorpresa de un dirigente estadounidense a Irak; el secretario de Defensa desayunó con las tropas en Kirkuk antes de viajar a Bagdad.

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El agente secreto español del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) José Antonio Sánchez Riera, único superviviente del atentado del pasado sábado en Irak, en el que murieron siete de sus compañeros, fue protegido por policías locales iraquíes después de escapar de un intento de linchamiento popular. Sánchez Riera había ido a buscar ayuda por orden de su jefe cuando un numeroso grupo de partidarios del derrocado Sadam Husein intentaron agredirle.

Según un comunicado que el CNI ha hecho público en su página web, en el que realiza un breve resumen de los hechos acaecidos el pasado 29 de noviembre, el octavo español logró salvarse después de que un grupo numeroso de iraquíes intentara licharle. Consiguió la protección de los policías locales después de escapar.

De otra parte, el Ejército estadounidense encontró y desactivó con éxito una bomba que había sido colocada frente a la entrada principal del nuevo centro de entrenamiento de la policía iraquí en Nayaf, a 180 kilómetros al sur de Bagdad, según informó un oficial.

La bomba estaba escondida en una caja en la que también había textos con amenazas de muerte contra los soldados estadounidenses y españoles destacados en la región, así como contra el Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak (CSRII), principal partido chií, y fotografías del ex presidente iraquí Sadam Husein.

Mientras, el secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, protagonizó ayer la segunda visita por sorpresa a Irak de un dirigente norteamericano. Rumsfeld aterrizó esta mañana en Kirkuk, en el norte de Irak, donde desayunó con las tropas, y después se dirigió en helicóptero a Bagdad para reunirse con los comandantes que dirigen las operaciones contra la guerrilla hostil a la coalición.