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Este acto terrorista, cometido en la llamada «zona verde» que alberga la sede de la coalición, es el más mortífero registrado en la capital iraquí desde los ataques contra las oficinas de la Cruz Roja y contra cuatro comisarías de Policía el pasado 27 de octubre, que causaron 42 muertos. También es el primer atentado cometido en Bagdad en lo que va de año. La noche del 31 de diciembre, un coche bomba dejó ocho muertos frente a un restaurante de la capital.

El atentado se produjo a las 08:00 horas (las 06:00 en España) en el lugar conocido como la ''Puerta de los Asesinos', cuando un vehículo estalló en medio de una fila de automóviles y de empleados iraquíes que esperaban para acceder al palacio.

El administrador civil estadounidense en Irak, Paul Bremer, que reside en este antiguo palacio del ex dictador Sadam Husein, aunque cuando ocurrió el atentado se encontraba en Estados Unidos, estimó que estas muertes eran «trágicas e inexcusables». «Al menos 23 personas perecieron y casi un centenar están heridas», declaró el general estadounidense Mark Kimmitt durante una conferencia de prensa en Bagdad.

«Tenemos la confirmación de que entre los muertos figuran ciudadanos norteamericanos. Son dos pero esperamos la confirmación definitiva», añadió el general Kimmitt, según el cuál todo indica que se trata de un atentado suicida. Un portavoz de la coalición había dicho antes que dos estadounidenses empleados por el Pentágono habían fallecido en el atentado.

El coche que estalló era una camioneta Toyota de color blanco cargada con 500 kilos de explosivos, declaró a la prensa el coronel norteamericano Ralph Baker, encargado de la seguridad del perímetro donde se halla la sede de la coalición.