Mientras, Irak y las fuerzas militares estadounidenses de la
coalición presentes en el país árabe vivieron ayer una nueva
jornada sangrienta. Tres atentados con bomba en las ciudades de
Samarra, Faluya y Jaldiya terminaron con la vida de cinco soldados
norteamericanos y cinco iraquíes.
«La respuesta a esa pregunta es que todavía no sabemos»,
respondió Powell. Según él, los servicios secretos de EEUU habían
estado en lo cierto al apuntar la intención del régimen de Sadam
Husein de producir armas no convencionales. No obstante, matizó que
«teníamos preguntas que necesitábamos aclarar».
«¿Qué había? ... ¿Cien toneladas, quinientas toneladas, o cero
toneladas? ¿Había tantos litros de ántrax, diez veces esa cantidad
o no había nada?», se preguntó.
El 4 de febrero del año pasado, Powell acudió a la ONU para
presentar lo que, según Washington, constituían pruebas
contundentes acerca de la existencia de armas de destrucción masiva
en Irak, uno de los principales argumentos del Gobierno para
justificar la guerra contra el país árabe.
En sus primeras declaraciones tras su dimisión, Kay indicó el
viernes que no cree que haya armas prohibidas en Irak y ha apuntado
que los datos que se manejaban correspondían a 1991, durante la
guerra del Golfo.
Al menos cuatro personas murieron y una treintena -todas ellas
iraquíes- resultaron heridas al estallar una furgoneta-bomba junto
al tribunal de Samarra, en el norte de Irak, según un balance de
fuentes militares y hospitalarias. El vehículo hizo explosión poco
antes de las 10:30 -hora local- (las 08:30 en Balears).
La bomba había sido colocada en el interior de una furgoneta
Toyota aparcada junto al edificio y fue detonada al parecer con un
mando a distancia, de modo que no hay evidencias de que se haya
podido tratar de un ataque suicida.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.