Bertie Ahern, presidente de turno de la UE, se reunió ayer con el presidente Aznar.

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AGENCIAS-BRUSELAS/MADRID
El ministro irlandés de Asuntos Exteriores y actual presidente del Consejo de la UE, Brian Cowen, aseguró ayer haber apreciado «signos alentadores» tras sus primeros contactos con los Gobiernos de los Estados miembros, que suscitan expectativas de concluir las negociaciones sobre la Constitución Europea antes de los comicios al Parlamento Europeo del próximo junio.

No obstante, Cowen reconoció que persisten «situaciones complejas y sensibles por resolver», entre las que citó la cuestión del reparto de poder en el Consejo -España y Polonia se oponen a sustituir el reparto de votos del Tratado de Niza por el de 'doble mayoría' previsto en la Comisión-. En este sentido, admitió que no deben forzarse «decisiones prematuras» sobre el desarrollo de la CIG.

En este sentido, insistió en que la «metodología» de la presidencia consistirá en celebrar entrevistas bilaterales con las distintas capitales europeas e intercalar «conversaciones» en la mesa del Consejo de la UE «cuando corresponda».

Por su parte, la ministra Ana Palacio dijo que «el Gobierno de España está dispuesto a examinar en todos los ámbitos y con espíritu constructivo cualquier propuesta en los diferentes ámbitos donde queda alcanzar un consenso pleno».

En otro orden de cosas, el presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, defendió ayer la necesidad de «revivir» el Pacto de Estabilidad de la UE, porque «no está muerto», pero sí «en urgencias», si bien advirtió de que, para ello, será preciso someterlo a una revisión.

Sobre la iniciativa de la CE de denunciar antre el Tribunal de Justicia de la UE la decisión que permitió a Francia y Alemania eludir sanciones por sus déficit excesivos, Cox apuntó que, si la Eurocámara votara al respecto, apoyaría a la Comisión, pero, como economista, se mostró de acuerdo con un argumento de Keynes: «Si los hechos cambian, yo cambio mi opinión».