El primer ministro británico, Tony Blair, y la BBC prometieron ayer
«pasar página» en el duro pulso mantenido durante meses, aunque
está por ver el efecto que tendrá en la cadena la caída de su
cúpula dirigente y la crisis en que está inmersa. Los dos
principales responsables de la BBC presentaron su dimisión en las
últimas horas después de que el juez Brian Hutton, encargado de
investigar el «caso Kelly», concluyese el miércoles que la cadena
emitió noticias «infundadas» contra el Gobierno de Blair.
Ello satisfizo al primer ministro, quien dio literalmente por
cerrada la crisis y, muy sonriente, aseguró que respeta «por
completo» la independencia de la BBC, posiblemente el medio de
comunicación más admirado del mundo. El Gobierno británico había
reclamado con insistencia esa disculpa de la BBC por mantener
durante meses que trató de «inflar» las pruebas contra Irak para
justificar la guerra.
Greg Dyke, director general de la BBC, anunció ayer su renuncia,
un día después de que lo hiciera el presidente, Gavyn Davies, y
acto seguido el nuevo responsable en funciones de la cadena,
Richard Ryder, dio una disculpa «incondicional» a Blair. «En nombre
de la BBC, no tengo ningún reparo en pedir disculpas, de forma
incondicional, por nuestros errores y a las personas cuyas
reputaciones resultaron afectadas por ellos», indicó lord Ryder en
nombre de la junta de gobernadores de la cadena pública
británica.
Tony Blair dijo ayer que ahora se puede «pasar página», el mismo
mensaje lanzado por Greg Dyke, un ejecutivo especialmente popular
entre sus subordinados, poco después de comunicar su dimisión. De
hecho, el anuncio de la renuncia de Dyke conmocionó a muchos
trabajadores del medio británico, entre ellos su sustituto, Mark
Byford, mientras algunos de los periodistas más respetados de la
BBC mostraban su alarma por el «peligro» que acecha a la
independencia de la cadena.
«La BBC debe ofrecer un periodismo de alta calidad,
independiente e imparcial, que sea reconocido por su rigor, su
ecuanimidad y su objetividad», dijo Byford al ser confirmado como
director general en funciones del medio. Nada más conocer la
renuncia de Dyke, un grupo de empleados de la BBC expresaron su
protesta de forma espontánea ante la sede de la cadena y muchos
criticaron el informe Hutton por cargar las tintas sobre la BBC y
dejar indemne al Gobierno.
«Lo que me preocupa es que, con lo que está pasando, los
periodistas dejen de hacer su trabajo de cuestionar al Gobierno»,
señalaba Richard Curtis, técnico de Radio 4. Por su parte, Martin
Montague, productor de la cadena de radio BBC7, indicaba: «En lo
que se refiere al informe Hutton, me viene a la cabeza la palabra
'lavado de cara'».
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