La Asociación Nacional de Magistrados italianos (ANM) anunció ayer,
en la clausura de un congreso celebrado en Venecia, la convocatoria
de una huelga nacional los próximos 11 y 12 de marzo contra la
reforma que debate actualmente el Parlamento. Además, Carlo Fucci,
secretario general de la asociación, renunció a su cargo en este
colectivo, tras la polémica creada por haber calificado de
«fascista» la reforma del ordenamiento judicial que promueve el
Ejecutivo del conservador Silvio Berlusconi.
En un comunicado de Unidad para la Constitución, la corriente a
la que pertenece dentro de la asociación judicial, Fucci afirma que
dimite para «evitar un daño a la imagen institucional» a la ANM y
asegura que sus palabras fueron malinterpretadas y sacadas de
contexto.
Dirigiéndose a los asistentes al congreso, Fucci aseguró que la
huelga estaba justificada para hacer frente a una reforma que
calificó de «fascista», al explicar que el proyecto de Berlusconi
es similar al llevado a cabo en 1923 por Benito Mussolini que puso
a la judicatura bajo el estricto control del régimen de la
época.
Diversos integrantes del Gobierno reaccionaron con gran dureza a
esas acusaciones y llegaron a pedir la intervención del propio
Presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi. Incluso el propio
presidente de la ANM, Edmondo Bruti Liberati, se distanció de las
afirmaciones del secretario general y señaló que Fucci había
expresado «opiniones personales», al admitir que «es obligado»
respetar al Parlamento y el Gobierno.
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