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JOSÉ MANUEL SANZ-BRUSELAS
La Comisión Europea propuso ayer un marco presupuestario para la Unión ampliada entre 2007 y 2013 que ignora la exigencia de congelación de los gastos formulada por los principales países contribuyentes.

«A mi juicio, semejante posición tiene el defecto de poner los números por delante del proyecto político. Equivale a construir la casa por el tejado», replicó Prodi. «El presupuesto de la Unión», aseguró, «no es un gasto superfluo que se pueda reducir al mínimo».

El Ejecutivo comunitario, en lo que constituirá seguramente la última gran propuesta política del equipo de Romano Prodi, aprobó después de un año de trabajos, «por amplísima mayoría», y sin necesidad de votación, unas nuevas «perspectivas financieras» para la Europa del futuro.

Se trata, según explicó Prodi en Estrasburgo (Francia) tras presentar la propuesta al pleno del Parlamento Europeo, del «mínimo imprescindible» para que la Unión pueda llevar a cabo sus políticas y alejar el peligro de verse convertida en una mera organización burocrática.

«Algunos han declarado que el presupuesto de la Unión no debería superar el 1% del Producto Interior Bruto», recordó el presidente de la CE en alusión a la carta que le dirigieron en diciembre los gobernantes de Suecia, Alemania, Francia, Reino Unido, Austria y Holanda.

La Comisión ha optado por mantener en el 1,24% de la Renta Nacional Bruta (RNB) el techo actual de recursos a disposición del presupuesto común, si bien el umbral de pagos efectivos previstos se situará en el 1,14% de media a lo largo del septenio, lo que supone aumentar un 40 % el gasto con la UE ampliada a los países del Este.