Los rebeldes han tomado el control de la ciudad de Gonaives, una de las más importantes de Haití.

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EFE-PUERTO PRÍNCIPE
El agravamiento de la situación en Haití tras controlar los rebeldes varias poblaciones ha hecho que en las últimas horas se multipliquen los llamamientos para que la comunidad internacional actúe con el fin de sofocar la crisis. El primer ministro de Haití, Yvon Neptune, pidió ayer a la comunidad internacional el envío de tropas para enfrentarse a los grupos armados que mantienen sobre 12 ciudades del país.

El presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide, dijo una vez más que no renunciará al cargo, pese a que la presión política cada vez más fuerte de la oposición para que lo deje se ha transformado desde hace dos semanas en acoso armado y rebelión. Los rebeldes anunciaron que su próximo objetivo es desalojar a las fuerzas gubernamentales de Cabo Haitiano, como primer paso para tomar Puerto Príncipe.

Neptune dijo a los periodistas en Puerto Príncipe que la policía haitiana, que cuenta con unos 5.000 efectivos, no es un ejército, al exponer sus limitaciones para combatir a los rebeldes. Acusó de los actos de violencia registrados a algunas personas y organizaciones, entre ellas el Frente de Liberación y Reconstrucción Nacionales, hasta hace unos días denominado Frente de Resistencia Anti-Aristide y antes conocido como Ejército Caníbal, que controla Gonaives e Hinche.

El Gobierno de República Dominicana, único país fronterizo de Haití y que ya empieza a sentir los efectos de la crisis haitiana, exhortó ayer a la comunidad internacional a actuar con «más urgencia» frente a la espiral de violencia que sacude a sus vecinos. Varios países caribeños secundaron la petición.