En los enfrentamientos contra los insurgentes murieron ayer más de diez personas.

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EFE-PUERTO PRÍNCIPE
Al menos una decena de personas murieron ayer en la capital haitiana, al intensificarse la violencia en las calles, que está en manos de grupos incontrolados. Centenares de personas saquearon comercios y edificios públicos de varios barrios de la capital, Puerto Príncipe, donde la violencia y los tiroteos se han hecho sentir en las calles en las últimas horas.

Esta nueva toma, una ciudad de 140.000 habitantes, presiona aún más al presidente Aristide, quien perdió el apoyo de Washington, París y Otawa, cuando las Naciones Unidas estudia el envío de una fuerza multinacional, atendiendo al reclamo de las naciones del Caribe formulado el jueves ante el Consejo de Seguridad.

Los insurgentes armados de Guy Philippe tomaron ayer una nueva ciudad, Mirabalais (57 km al norte de la capital), que marca su avance hacia Puerto Príncipe, en momentos que Canadá se suma a Estados Unidos y Francia para presionar al presidente Jean Bertrand Aristide a abandonar el poder.

A pesar de la revuelta y el caos en el que se ha sumido el país, el mandatario haitiano reafirmó ayer su voluntad de mantenerse en el poder hasta el 2006, cuando constitucionalmente culmina su mandato, declaró a CNN.

Por su parte, Francia lanzó ayer un llamamiento a los haitianos para que instauren «un gobierno de unión nacional» sin el presidente Jean Bertrand Aristide, declaró el portavoz del ministerio francés de Relaciones Exteriores, Hervé Ladsous, después de finalizar una reunión de una hora entre el ministro francés de Relaciones Exteriores Dominique de Villepin y su homólogo haitiano Joseph Philippe Antonio.