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El consejo de gobierno del Banco Central Europeo decidió ayer mantener el precio del dinero en el 2,0 por ciento en la zona euro, haciendo caso omiso a las presiones de las últimas semanas que reclamaban un descenso. El presidente del instituto emisor europeo, Jean-Claude Trichet, dejó claro que Frankfurt no se dejará influir «de ninguna forma» por los gobiernos de los Doce en materia de política monetaria, porque los tipos de interés están en un nivel «apropiado» para garantizar la recuperación económica en la eurozona.

Además de dejar el tipo de refinanciación (el que marca el precio del dinero) en el nivel que alcanzó el pasado 5 de junio, cuando lo rebajó medio punto, el BCE mantuvo también el marginal en el 3,0 por ciento y el de depósito en el 1,0 por ciento. El Banco de Inglaterra dejó ayer también inalterado su principal tipo director en el 4 por ciento, tras haberlo subido dos veces, en noviembre y febrero, en un cuarto de punto.

La decisión de la autoridad monetaria europea era esperada por los analistas, pese a que el canciller alemán, Gerhard Schroeder, y el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, reclamaron en los últimos un recorte de tipos para incentivar el crecimiento económico en Europa.