El primer ministro chino, Wen Jiabao, inauguró ayer la sesión anual
de la Asamblea Popular Nacional (ANP), el máximo órgano legislativo
nacional, en la que se definirán las políticas estatales para 2004
y se aprobará una histórica reforma de la Constitución.
Ante los 6.000 asistentes -los casi 3.000 delegados y otros tantos
periodistas de todo el mundo- Wen también recordó los logros de
China en el año 2003, especialmente la «gran victoria» en la lucha
contra el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SRAG).
La ceremonia se celebró en el Gran Palacio del Pueblo, en el ala
oeste de la Plaza de Tiananmen, donde 2.900 delegados del Partido
Comunista procedentes de todos los rincones del país se reunirán
durante 10 días para elaborar el programa político, social y
económico de este ejercicio.
En el discurso inaugural, el primer ministro destacó en primer
lugar los objetivos económicos de China, una de las economías de
crecimiento más rápido en el mundo, y señaló que el Gobierno
comunista espera un aumento del 7% del PIB para este año, en línea
con las cifras obtenidas en las últimas dos décadas.
La cuestión de Taiwán también fue uno de los puntos destacados
en la intervención del primer ministro, que proclamó que «China
nunca permitirá a nadie separar la isla taiwanesa de nuestro
país».
La advertencia de Wen se produce a escasas semanas de que Taiwán
celebre un referéndum que es contemplado por los líderes comunistas
como un desafío de los independentistas taiwaneses a la soberanía
china sobre la isla que proclama el Gobierno de Pekín.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.