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EFE-BOSTON
El senador John Kerry aceptó ayer la candidatura demócrata a la presidencia de EEUU para los comicios de noviembre y prometió que, si es elegido, dará marcha atrás en muchas de las políticas del actual presidente republicano, George W. Bush.

Además de ser el broche final de la convención, las palabras de Kerry resumieron la críticas contra la política exterior de Bush, su gestión económica y, sobre todo, la guerra de Irak, lanzadas durante la convención. Kerry, un veterano de Vietnam, señaló que bajo su Gobierno EEUU sólo irá a un conflicto bélico cuando no haya otra opción.

«Como presidente devolveré la confianza y la credibilidad a la Casa Blanca», al remachar las acusaciones de su partido de que EEUU ha perdido prestigio durante el Gobierno de Bush.

Inmediatamente después del discurso, una lluvia de 100.000 globos rojos, azules y blanco -los colores de la bandera de EEUU- y media tonelada de confeti cayó sobre los más de 4.000 delegados, al comenzar la última etapa de una campaña proselitista que culminará con las elecciones presidenciales y legislativas del 2 de noviembre.