En una histórica decisión, el ex dictador Augusto Pinochet fue
privado ayer de su inmunidad judicial al ser desaforado por el
Tribunal Supremo chileno, que consideró que el ex gobernante de
facto, de 88 años, está en condiciones de ser enjuiciado por su
responsabilidad en los crímenes de la «Operación Cóndor». Los
abogados del ex dictador habían logrado esta inmunidad alegando las
graves enfermedades que padece Pinochet.
La decisión, que fue recibida con algarabía por cientos de
familiares de las víctimas, fue adoptada en una estrecha votación
entre los jueces. Esta decisión es inapelable y la decisión de
procesar o no a Pinochet quedará en manos del magistrado que
instruye la causa por los crímenes de la «Operación Cóndor», Juan
Guzmán, que ayer señaló que «yo sólo tengo que acatar el
fallo».
Tras las cortas pero contundentes palabras del magistrado, todo
indica que Augusto Pinochet, quien lideró el golpe militar que
derrocó al presidente Salvador Allende en 1973 y que gobernó Chile
durante 17 años, el mismo que en 1980 afirmó que en el país «no se
mueve una hoja sin que yo lo sepa», tendrá que enfrentar a la
justicia por la muerte de 20 chilenos que perdieron la vida en el
marco de las acciones de la «Operación Cóndor», que aunó a las
dictaduras de Argentina, Chile, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En la sentencia dictada ayer fue clave la entrevista que
Pinochet concedió a un canal de televisión de Miami, Estados
Unidos, con motivo de los 30 años del golpe militar y que fue
difundida por la estación anticastrista en septiembre de 2003. En
ella, un Pinochet envejecido pero lúcido, relató con lujo de
detalles lo ocurrido hace tres décadas e incluso se permitió hacer
bromas.
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