El ex dictador Augusto Pinochet se declaró ayer ante juez Juan
Guzmán inocente de los crímenes de la Operación Cóndor y que en su
calidad de presidente de Chile entre 1973 y 1990 no podía estar
preocupado de «cosas chicas».
El general argumentó que cuando ocurrieron estos hechos él era jefe
de Estado y no tenía tiempo de preocuparse de asuntos menores, ni
tampoco tenía conocimiento sobre el papel de la Dirección Nacional
de Inteligencia (DINA), la policía secreta de la dictadura.
Así lo revela parte del contenido de la declaración indagatoria
que leyó el general de forma lenta y pausada este sábado ante el
juez Guzmán.
En su mansión santiagueña de La Dehesa, Pinochet respondió
durante cerca de una hora a preguntas directas y simples de Guzmán
sobre su vinculación con la desaparición de 19 izquierdistas
chilenos en el marco de la Operación Cóndor.
Una de las preguntas que formuló el magistrado al militar
retirado de 88 años, fue si tenía conocimiento sobre la reunión que
realizaron en Santiago, entre el 25 de noviembre y el 1 de
diciembre de 1975, los directores de los organismos represivos de
las dictaduras del Cono Sur.
Inicialmente no trascendió su respuesta. Esta reunión es
considera clave para el inicio de lo que luego se conocería como
Operación Cóndor.
Pinochet figura como el ideólogo de este operativo represivo en
documentos desclasificados en los últimos años en Paraguay, en
Chile e incluso en EE UU.
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