José Manuel Durao anunció ayer los nombres de su nuevo equipo de gobierno.

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E.PRESS-BRUSELAS
El presidente designado de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, asumió ayer las tareas de Derechos fundamentales y no discriminación de la cartera del propuesto comisario de Justicia e Interior, Rocco Buttiglione, aunque no consiguió cerrar la polémica y se arriesga a un veto de la Eurocámara la próxima semana, ya que sólo cuenta con el apoyo de los «populares» y de la derecha nacionalista.

El Ejecutivo comunitario propuesto por Barroso requiere el visto bueno de la mayoría simple de los 731 eurodiputados que asistan a la votación el miércoles en Estrasburgo (Francia). Por ello, deberá proseguir los contactos con la mayoría de grupos políticos de la Eurocámara ya que el Partido Popular Europeo (PPE) cuenta con 268 escaños y la Unión por la Europa de las Naciones (UEN) con 27. El ex primer ministro portugués anunció que asumirá personalmente las competencias de Derechos fundamentales y la política de no discriminación, y que creará un grupo dentro de la Comisión, presidido por él, que trabajará en los próximos años en esta área.

Barroso se refirió a la carta que le escribió Buttiglione y en la que renunció a varias de sus tareas que le fueron encomendadas inicialmente. «Apoya sin reservas todo lo que figura en la Carta de Derechos Humanos y se ha comprometido solemnemente a que va a respetar todo lo que figure en dicha Carta de forma clara», subrayó refiriéndose al político italiano. «La CE va a tener como una de sus prioridades la no discriminación y la protección de los Derechos fundamentales. Por eso, les puedo asegurar que todos los comisarios estarán plenamente de acuerdo con esta orientación», insistió.