«Es muy importante que las Naciones Unidas entiendan que debe haber
una asunción de responsabilidades completa, imparcial y abierta
sobre el programa 'Petróleo por Alimentos'», dijo Bush en
declaraciones junto con el presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo.
Sin embargo, el presidente estadounidense eludió responder de forma
clara a una pregunta acerca de si Annan debería dimitir, y se
limitó a decir que espera «una revelación completa de los hechos y
una evaluación honrada de lo que ocurrió».
El gran alcance de este desastre exige nada menos» que la dimisión
del secretario general, dice Coleman en un artículo de opinión que
publicó el diario «The Wall Street Journal». Según el Congreso
estadounidense, el derrocado régimen de Sadam Husein obtuvo 21.300
millones de dólares de forma ilegal a través de un uso indebido de
ese programa y Coleman cree que el secretario general debe
responder por ello.
«Es importante para la integridad de la organización que
tengamos una revelación total y abierta de todo lo que ocurrió en
el programa», insistió Bush, quien agregó que eso es necesario
«para que los contribuyentes de EEUU se sientan cómodos al apoyar a
Naciones Unidas». El senador estadounidense Norm Coleman, quien
encabeza las investigaciones en este país sobre la presunta
corrupción en el programa humanitario de la ONU en Irak, instó el
miércoles al secretario general de la organización, Kofi Annan, a
que dimita.
Por otra parte, Bush declaró ayer que no puede haber retrasos en
las elecciones iraquíes, previstas para el próximo 30 de enero. «Es
el momento de que los ciudadanos iraquíes vayan a las urnas»,
aseguró el presidente desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Tal y como está previsto desde un principio, Bush insistió en
que los comicios deben celebrarse en la fecha fijada, rechazando
así las peticiones de varios grupos políticos iraquíes que se han
dirigido al Gobierno interino de Irak para pedirle que se pospongan
para dentro de, al menos, seis meses. Estos grupos argumentan que
el aplazamiento tiene como objetivo garantizar por completo la
seguridad del proceso electoral.
Sin embargo, Bush mantiene su posición, tal y como dejó claro
ayer con más firmeza que nunca, al afirmar que «las elecciones no
deberían aplazarse» porque es hora de que se celebren. Por ello,
dijo, «nos mantenemos muy firmes con la fecha del 30 de enero».
El presidente reveló que él personalmente dio el visto bueno al
incremento de las tropas estadounidenses presentes en Irak antes de
las elecciones, tal y como anunció el pasado miércoles el
Pentágono. Los responsables militares sobre el terreno pidieron más
efectivos y «yo he cumplido su solicitud», precisó.
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