«Juro en nombre de Dios Todopoderoso respetar y proteger la
religión sagrada del Islam, respetar y supervisar la aplicación de
la Constitución y de otras leyes, salvaguardar la independencia, la
soberanía nacional y la integridad territorial de Afganistán»,
afirmó el presidente Karzai con una mano sobre el Corán.
Vestido con su tradicional caftán verde, Karzai y sus dos
vicepresidentes, Ahmed Zia Masud y Mohamad Karim Jalili, prestaron
juramento ante el presidente de la Corte Suprema afgana, Fazel Hadi
Shinwari, en un gran salón de ceremonias en la entrada del palacio
presidencial de Kabul.
Esta ceremonia se produce exactamente tres años después de la
conquista de Kandahar, la gran ciudad del sur de Afganistán y feudo
del régimen fundamentalista de los talibán, que fueron expulsados
del poder por una coalición internacional dirigida por Estados
Unidos.
Hamid Karzai, un dirigente pastún con un fuerte respaldo en la
región sur de Afganistán, se convirtió en presidente interino en
diciembre de 2001. En este tiempo, el mandatario ha sobrevivido a
un intento de asesinato y a los conflictos constantes entre los
distintos grupos étnicos del país. Afganistán se enfrenta todavía a
fuertes problemas de integración entre regiones y grupos étnicos y
al poder de los señores de la guerra, como Abdul Rashid Dostum, que
controlan extensas zonas geográficas.
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