El presidente ruso, Vladímir Putin, echó ayer un jarro de agua fría
a la viabilidad de las elecciones en Irak, al considerarlo un «país
ocupado por tropas extranjeras», durante su entrevista con el
primer ministro iraquí, Iyad Alaui.
Putin cree que «existen fuerzas que están haciendo todo lo posible
para abortar este proceso electoral y los que más sufren son los
ciudadanos inocentes».
«Sinceramente, no puedo concebir cómo se pueden organizar unas
elecciones en un país que está totalmente ocupado por tropas
extranjeras», confesó el jefe del Kremlin a Alaui, que llegó a
Moscú en visita oficial. El propio Alaui confirmó antes de reunirse
con Putin que los comicios iraquíes se celebrarán el 30 de enero,
como estaba previsto, pero la votación se prolongará durante 15-20
días por cuestiones de seguridad.
«Tampoco puedo imaginarme cómo ustedes pueden restablecer la
situación en el país por sí solos y evitar la desintegración»,
agregó Putin.
Rusia ha defendido desde el principio la celebración de
elecciones parlamentarias en Irak, pero con la participación de la
oposición al actual Gobierno interino y de la minoría suní, que
controlaba todos los resortes del poder con Sadam Husein.
Por su parte, el primer ministro iraquí se manifestó convencido
de que, aunque «Irak atraviesa un difícil período con
manifestaciones del terrorismo nacional e internacional (...)
logrará la victoria gracias a la valentía del pueblo iraquí».
«Estamos firmemente decididos a garantizar la supremacía de la ley,
el derecho de los ciudadanos y el pluripartidismo, además de
desarrollar un potencial en materia de Defensa y Seguridad para
convertir a Irak en un país fuerte», subrayó.
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