El Ejército de Israel mató ayer a ocho civiles palestinos, cuatro
de ellos menores de edad, en el norte de la franja de Gaza, en una
acción que se produjo horas después de que la resistencia palestina
lanzara varios cohetes contra la ciudad israelí de Sderot. Tras
conocerse el ataque del Ejército israelí, el presidente de la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Mahmud Abbas
(Abu Mazen), endureció su discurso contra Israel.
El ataque israelí fue la respuesta al lanzamiento de cohetes
rudimentarios Al-Kasam por parte de milicianos del brazo armado del
Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamás) contra la ciudad
israelí de Sderot. Uno de esos proyectiles impactó contra un
autobús que transportaba a escolares judíos en las inmediaciones de
la zona de Erez, en la franja de Gaza. Tres personas resultaron
heridas, entre ellas un niño.
«Rezamos por las almas de nuestros mártires que hoy (ayer) han
caído por los bombardeos del enemigo sionista», declaró Abu Mazen
durante un mitin electoral celebrado en el campo de refugiados de
Jan Yunes, en la franja de Gaza. Tanques israelíes abrieron ayer
fuego en la localidad de Beit Lahíe, en el norte del citado
territorio palestino, y mataron a ocho palestinos. Siete de las
víctimas pertenecían a la misma familia.
De entre los cuatro menores muertos, dos tenían 11 años,
mientras que los cuatro adultos asesinados eran campesinos que
trabajaban sus cultivos en el campo de refugiados. Otras siete
personas resultaron heridas por el disparo de los tanques.
Fuentes militares israelíes afirmaron que la mayoría de los
muertos ayer en Beit Lahíe pertenecían a una célula que disparó
contra Erez, pero las fuentes palestinas aseguran que los atacantes
resultaron ilesos. Por otra parte, dos milicianos palestinos
perdieron la vida cuando, al parecer, estallaron de forma prematura
dos cohetes que iban a disparar contra objetivos israelíes desde el
campo de refugiados de Yebalia, en el norte de la franja de Gaza.
Entretanto, el Gobierno israelí rompió el mutismo que guardaba
desde la muerte del presidente palestino, Yaser Arafat, el pasado
11 de noviembre, y por primera vez ha criticado las declaraciones
de Abu Mazen, el aspirante favorito a sucederle al frente de la
ANP. El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Silván Shalom, se
mostró hoy decepcionado por las declaraciones de Abu Mazen, quien
condenó la última ofensiva israelí en Gaza y calificó a Israel de
«enemigo sionista».
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