Con esta subida, el tipo interbancario a corto plazo, el de
referencia en EEUU, queda en el 2,5 por ciento. En junio de 2004,
antes del giro en la política monetaria, esta tasa se encontraba en
el uno por ciento, su menor nivel en 46 años. Los mercados habían
dado por descontada la subida anunciada ayer, así como otra en la
reunión de la Reserva Federal del próximo 22 de marzo, pero a
partir de ahí la política monetaria de EEUU está en el aire.
Para leer indicios de la futuras medidas que podría adoptar el
banco central los analistas esperaban con especial atención el
comunicado que este organismo divulgó ayer. La declaración es
prácticamente idéntica a la que el Comité del Mercado Abierto
emitió tras su reunión de diciembre último, lo que en sí mismo ya
es una señal de que no hay una mayor alarma sobre el peligro de
inflación.
Estímulo
En el comunicado, la Reserva Federal reiteró que el nivel actual de
los tipos de interés sigue estimulando a la economía. No obstante,
a su juicio, las expectativas de inflación siguen estando «bien
contenidas» y apuntó que el aumento de la productividad es
«robusto», lo que reduce la presión inflacionaria al permitir
aumentos de salario sin los consiguientes incrementos de los
precios de los productos.
La Reserva Federal opinó que la producción sigue creciendo a «un
ritmo moderado, a pesar del aumento de los precios de la energía» y
que las condiciones laborales en EEUU «siguen mejorando de forma
gradual». En los últimos meses se han incrementado los temores de
que la Reserva Federal se esté durmiendo en los laureles y esté
dejando que la inflación se eleve a niveles peligrosos. Las actas
de la última reunión de su Comité del Mercado Abierto, el pasado 14
de diciembre, parecen revelar que algunos de sus miembros comparten
este miedo, lo que no ha pasado inadvertido a los mercados.
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