El Gobierno alemán quiso restar ayer dramatismo a las nuevas cifras
del paro que, por primera ve desde la guerra (1939-45) afecta a mas
de cinco millones de personas, y atribuyó la situación a factores
estacionales y estadísticos, pese a lo cual reafirmó su objetivo de
seguir con las reformas laborales.
«Los cinco millones de parados constituyen cinco millones de
razones más para seguir con las reformas laborales y cinco millones
de motivos para que todos se impliquen en su consecución», dijo el
ministro de Trabajo, Wolfgang Clement, después de que la Agencia de
Empleo publicara las cifras de enero.
Mientras, el canciller alemán, Gerhard Schröder, considera que
la cifra récord de parados registrada en enero es «opresiva, pero
sincera», ya que refleja la realidad del mercado laboral y la
necesidad de llevar adelante la reforma impulsada por su
Gobierno.
Según los nuevos datos, el número de parados subió en enero en
573.000 hasta afectar a 5.037.000 personas, lo que hizo aumentar el
índice de desempleo en un 1,3 hasta el 12,1 por ciento.
Tanto la Agencia de Empleo como Clement subrayaron que el
ascenso se debió básicamente a factores estacionales y al efecto
estadístico de la reforma laboral, que desde enero incluye en las
cifras del paro a los receptores de ayuda social en condiciones de
trabajar, lo que, según Clement, confiere mayor transparencia a las
cifras. Concretamente, se calcula que 345.000 casos se debieron a
factores estacionales y 230.000 al citado factor estadístico.
Clement subrayó que el gobierno no caerá en alarmismo, pese a
que para febrero cuenta con un nuevo aumento, y que seguirá con
determinación los objetivos fijados y como prioritario citó la
medidas contra el paro juvenil.
Empleo
Lo más importante es que cada joven que está en el paro «reciba
inmediatamente» una oferta de empleo o de reconversión profesional,
dijo Clement y subrayó que la experiencia de otros países demuestra
que tan sólo acelerando la tramitación de ofertas se puede reducir
el desempleo en un 15 por ciento.
El ministro calificó de «absurda» toda comparación con la
República de Weimar -en 1931 el paro había superado los cinco
millones, lo que facilitó el ascenso de los nazis- y pidió tratar
el tema con mayor responsabilidad.
Clement reaccionó así a las críticas de la oposición
cristianodemócrata, que recordó que se «ha alcanzado el volumen que
llevó a la caída de la República de Weimar», si bien reconoció que
la situación social actual de los parados no es comparable con
entonces.
El presidente del instituto «IfW» de Kiel, Dennis Snower, en
cambio, hizo un análisis fatídico de las reformas laborales y
emplazó al gobierno a dar un vuelco radical al sistema y no
limitarse a hacer pequeñas correcciones. «El lema tiene que ser más
dinero por trabajar y menos dinero por no hacer nada», dijo
Sinn.
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