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La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, dio ayer por superada la fractura ocasionada por la guerra de Irak dentro de la OTAN y apoyó la cooperación de los países aliados en la transición de este país hacia la democracia. Un almuerzo oficioso de ministros de Exteriores de la OTAN fue el escenario para la presentación entre los aliados de la nueva jefa de la diplomacia estadounidense. «Tenemos una agenda por delante, estamos unidos», afirmó Rice, al término de la reunión.

Al igual que en sus visitas de los últimos días a Alemania y Francia, la secretaria de Estado transmitió en Bruselas un discurso favorable a olvidar las diferencias que provocó la intervención bélica en Irak. En la sede de la Alianza, Rice dijo haber asistido a «la mejor discusión (entre los aliados) desde que cayó el régimen de Husein» y lo atribuyó particularmente al efecto de las elecciones del pasado 30 de enero. A su juicio, el hecho de que el pueblo iraquí acudiese a las urnas «ha dado a toda Europa una nueva unidad de propósitos para apoyar a esta gente».

En cuanto a las áreas concretas para la cooperación transatlántica, citó el desarrollo de «la capacidad institucional» de la administración iraquí, el establecimiento de una Constitución, la reconstrucción física del país y sobre todo la misión de instrucción de las nuevas fuerzas de seguridad a cargo de la OTAN.

Sobre este punto, coincidió con el secretario general de la organización, Jaap de Hoop Scheffer, en que los 26 miembros de la Alianza deberán haber concretado su implicación en la misión antes de la cumbre de la OTAN que traerá a Bruselas al presidente George W. Bush el próximo 22 de febrero.