La Asamblea nacional iraquí se reunió ayer por primera vez ante una enorme expectación.

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EFE-ROMA/WASHINGTON
«Nunca se ha fijado una fecha y la de septiembre es sólo la deseable», dijo el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, al final de una jornada en la que matizó por activa y por pasiva el anuncio de repliegue de las tropas italianas en Irak. «Todo se acuerda con los aliados, lo haremos todo de manera consensuada», afirmó para vincular la eventual retirada parcial a una discusión previa con las autoridades iraquíes, EEUU y Reino Unido.

Desde Londres, el primer ministro, Tony Blair, hizo asimismo sus propias puntualizaciones, después de que Berlusconi dijera que le había informado del comienzo de la retirada gradual italiana a partir de septiembre. Blair dijo que ni el Reino Unido ni Italia han fijado fecha alguna para la salida de sus fuerzas militares, mientras un portavoz de Downing Street declaró que las palabras de Berlusconi «han sido malinterpretadas».

Una primera precisión se la hizo por teléfono al presidente norteamericano, a quien aseguró que la retirada se hará de acuerdo con los aliados y dependiendo de la capacidad para garantizar la seguridad que vayan adquiriendo los iraquíes. Sólo en ese contexto expresó a Bush su voluntad «de iniciar cuanto antes, posiblemente en septiembre, un gradual y progresivo repliegue del contingente militar italiano en Irak», según un comunicado del Gobierno de Roma.

Otras puntualizaciones las hizo en un artículo que publicará en su edición de hoy el diario «Il Foglio», en el que escribe que ha llegado el momento «de empezar a discutir» con el Gobierno iraquí y con los aliados «la posibilidad de una retirada gradual». En ese artículo, Berlusconi justifica su decisión, que el martes atribuía al deseo de la opinión pública, por su fidelidad como aliado en Irak en los momentos más difíciles.