El presidente de EEUU, George W. Bush, celebró ayer el segundo
aniversario de la invasión de Irak sin apenas mención a la ausencia
de armas de destrucción masiva y en su lugar enfatizó el efecto
positivo del proceso democrático en ese país.
«En este día hace dos años, lanzamos la Operación Libertad
Iraquí para desarmar a un régimen brutal, liberar a su pueblo y
defender al mundo de un peligro grave», dijo Bush en su habitual
mensaje radiado de los sábados que dedicó a tratar de convencer al
país de que la invasión de Irak ha valido la pena.
«Gracias a nuestras acciones, la libertad está afianzándose en
Irak y el pueblo estadounidense está más seguro», dijo Bush a los
oyentes. El presidente no reconoció haber cometido errores en Irak
y sólo se refirió de pasada a las armas de destrucción masiva, que
EEUU dijo que Sadam Husein tenía y que usó como justificación de la
invasión.
«Conocíamos sus largos antecedentes de procurar, incluso usar,
armas de destrucción masiva y sabemos que el 11 de septiembre
obliga a nuestro país a pensar de forma diferente», señaló Bush, en
relación con los atentados producidos en esa fecha en 2001. Hasta
ahora no se ha demostrado ninguna relación entre esos ataques y
Sadam Husein.
En lugar de hablar de esos arsenales ilegales que tanto mencionó
en el año 2003, George W. Bush destacó ayer los efectos positivos
del proceso democrático en Irak, país al que considera «un nuevo
aliado en la guerra contra el terrorismo».
A pesar de los errores de los servicios de inteligencia, que
creían que Sadam tenía armas de destrucción masiva, Bush defendió
su estrategia de ataques preventivos.
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