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EFE-BEIRUT

Los libaneses aguardan la dimisión de los directores de Seguridad, exigida con insistencia por la oposición tras el atentado del sábado, el tercero perpetrado en Beirut en menos de dos semanas.

Miembros de seguridad y de la brigada criminal se trasladaron a la zona de Sad Bauchrie, en el cinturón industrial de Beirut, donde anoche un coche bomba estalló y causó heridas a seis personas, según las últimas cifras del juez encargado de las investigaciones, Jean Fahd.

El magistrado puntualizó, asimismo, que la carga explosiva era de unos 30 kilos, y no de 50 kilogramos como había asegurado en un primer momento la Policía, que también elevaba a ocho el número de heridos. Ayer el lugar continuaba acordonado y asemejaba un campo batalla, con varios edificios destrozados y el inmueble de la imprenta, junto al que se colocó el artefacto, devastado por el fuego. La Policía solo permitió el paso a los dueños de las empresas dañadas por el fuego, una media docena, para que pudieran evaluar los daños.