09/04/05 0:00
EUROPA PRESS-ROMA
Los restos mortales del Papa Juan Pablo II recibieron ayer en las
grutas vaticanas. Como dicta la tradición, el cuerpo del Pontífice
fue inhumado dentro de un ataúd de ciprés, colocado a su vez dentro
de un segundo de plomo, para evitar la humedad, y un tercero de
nogal. Terminada la Misa funeral, el féretro se llevó en procesión
a través de la puerta de Santa Marta hacia las grutas vaticanas,
sólo acompañado por algunos cardenales y en medio de los sonoros
aplausos de los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. En las
grutas se realizó la inhumación, en la capilla donde se encontraba
enterrado Juan XXIII hasta que fue proclamado beato por el propio
Juan Pablo II.
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