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EFE-BEIRUT
El primer ministro designado del Líbano, Omar Karame, anunció ayer que no formará un nuevo Gobierno y que se retira de las negociaciones que mantenía con otras fuerzas políticas desde el 1 de abril. El segundo fracaso de Karame agudiza aún más la grave crisis política e institucional que vive el Líbano y cierne una inquietante sombra sobre su futuro, ya que la formación del Ejecutivo es imprescindible para la celebración de las ansiadas elecciones legislativas.

«Hemos intentado superar todos los obstáculos, pero una vez más hemos llegado a un callejón sin salida», subrayó Karame antes de negar que las existan diferencias con el presidente del país, Emile Lahud, y el jefe del Parlamento, Nabih Berri.

El político pro sirio explicó en una entrevista concedida en su domicilio que que sus esfuerzos por consensuar un Gabinete de unidad nacional quedaron frustrados al colisionar con «deseos e intereses contradictorios».

El primer ministro designado reveló, asimismo, que ha decidido retirarse del grupo de Ain el Tine, que reúne a políticos pro sirios y que desde el pasado 1 de abril mantiene contactos para formar un Gobierno que atempere la crisis que vive el Líbano desde hace dos meses.

La crisis estalló el pasado 14 de febrero, tras el asesinato del ya entonces ex primer ministro libanés Rafic Hariri, del que la oposición libanesa culpa a Siria, país que ejerce un poder tácito sobre el Líbano y cuyas tropas ocupaban el parte del país. «El pasado lunes me reuní durante más de cinco horas con Lahud y Berri en el palacio presidencial de Baabda, e intentamos superar todos los obstáculos, pero no lo logramos. Por eso decidimos dar más tiempo para las consultas», indicó Karame.