Un minuto separó los dos atentados suicidas registrados ayer en el centro de Bagdad.

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NAMIR SOBHI-BAGDAD
Al menos dos guardias de seguridad con nacionalidad estadounidense y otros dos extranjeros figuran entre la veintena de personas muertas por la explosión casi simultánea ayer de dos coches bomba en el centro de Bagdad. Los grupos insugentes siguen manteniendo el pulso con el nuevo Gobierno de Irak.

El atentado se suma a la cruenta ola de violencia que recorre Irak desde que el Gobierno electo juró su cargo el 28 de abril y que desde entonces se ha cobrado unas 300 vidas. El ataque se produjo apenas horas antes de que precisamente el nuevo Ejecutivo alcanzara un acuerdo para cubrir los cinco ministerios cuyos titulares aun no habían sido designados, anunció el primer ministro iraquí, Ibrahim Al-Yafari.

Los atentados se produjeron ayer por la mañana, al paso de un convoy de cuatro vehículos todo terrenos cerca de la plaza de Tahrir, según fuentes del Ministerio del Interior, que indicaron que las deflagraciones causaron también treinta y cinco heridos. Ni las fuentes oficiales iraquíes ni la embajada norteamericana, -que confirmó el fallecimiento de los dos estadounidenses-, precisaron la nacionalidad de los otros dos extranjeros muertos.

Testigos y fuentes policiales dijeron que el primer vehículo que explotó lo conducía un suicida, mientras que el segundo, aparcado en las cercanías, estalló un minuto después. El grupo terrorista del prófugo jordano Abu Musab Al-Zarqaui, líder de Al-Qaeda en Irak, reivindicó el atentado en mensaje aparecido en una pagina web islamista.

«Vuestros hermanos de la Organización de Al-Qaeda en Mesopotamia han colocado un coche bomba en la Plaza de Tahrir ..., y lo hicieron explotar al paso de vehículos de la CIA (servicios de inteligencia norteamericanos), lo que causó el estallido de tres de sus coches, cuyos ocupantes murieron», se precisa en el texto.