Sin embargo, el Ministerio de Interior aseguró a través de la
televisión local que en esos incidentes sólo falleció un agente y
resultaron heridos 20 manifestantes y otros dos policías, entre
ellos el jefe de seguridad de la provincia.
Con esta cifra son ya al menos catorce los muertos en las
manifestaciones en Afganistán desde que se iniciaron este martes en
Jalalabad (este del país) por la supuesta profanación del Corán en
la base de Guantánamo durante interrogatorios a detenidos
musulmanes por parte de responsables estadounidenses. Al parecer
las ediciones del Corán se habían colocado en los baños y «por lo
menos uno fuer arrojado por el inodoro».
Si bien la situación en Kabul se mantuvo ayer aparentemente en
calma, en otras partes del país las protestas antiestadounidenses
se tornaron violentas después de que miles de personas participasen
en la tradicional oración del viernes. La manifestación más
virulenta sucedió en Ghazni, a unos 150 kilómetros de Kabul, donde,
según testigos, al menos tres personas fallecieron aunque otras
fuentes elevan esa cifra a cinco, entre ellos cuatro policías.
Los manifestantes pretendían atacar la oficina del gobernador
pero se lo impidieron policías y fuerzas del Ejército, según el
Ministerio de Interior, que aseguró que estos incidentes estuvieron
causados por «extremistas y enemigos de Afganistán» llegados de
fuera de Ghazni.
Además, ayer se produjeron al menos otros cuatro muertos civiles
en las provincias de Badakshan y Badghis en distintas
manifestaciones. De ellas, tres murieron y otras 31 resultaron
heridas en Baharat, en la provincia de Badakshan, cuando la policía
abrió fuego contra centenares de manifestantes.
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