El presidente francés, Jacques Chirac, contó ayer con la ayuda
del presidente polaco, Aleksander Kwasniewski, y el canciller
alemán, Gerhard Schröder, en un mitin a tres bandas, para defender
la Constitución europea, mientras los últimos sondeos preconizan la
victoria del 'no'. Los tres se esforzaron en convencer a los
franceses de que una respuesta negativa, en el decisivo referéndum
de ratificación del 29 de mayo, «no comportará, evidentemente, una
renegociación», como aseguró Chirac.
No hay plan B posible, ni jurídica, ni políticamente, zanjó el
jefe de Estado, en relación a una de las mayores polémicas de la
campaña gala. El canciller Schröder le hizo eco en su llamada a los
franceses: Un plan B es una pura ilusión. No hay ninguna
oportunidad de reabrir el proceso constitucional.
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