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GENMA CASADEVALL-BERLÍN
Oskar Lafontaine abandonó las filas del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), que él presidió, y sacudió esa ya maltrecha formación al proponer una alianza de la izquierda disidente con los pos-comunistas para plantar cara al canciller Gerhard Schröder. Por si no estaba empantanada la situación en el SPD, Lafontaine volvió a la palestra para, desde del diario -«Bild»-, anunciar su retirada del partido y ponerse a disposición de una alternativa «a la izquierda» de esa formación.

De formarse una alianza entre el WASG -nuevo partido formado por la disidencia del SPD- y el pos-comunista Partido del Socialismo Democrático (PDS), estaría dispuesto a concurrir con ella en las elecciones alemanas, que según parece se celebrarán el 18 de septiembre.

«Siempre dije que estaba dispuesto a dejar mi militancia si el SPD se presentaba a las elecciones con la Agenda 2010», declaró Lafontaine, a propósito de las reformas de Schröder y especialmente del denominado «Hartz VI», la normativa que equipara a parados crónicos y perceptores del auxilio social.

Lafontaine dio así por terminada su relación con el SPD, partido en el que ha militado durante 39 años y a cuya presidencia llegó en el congreso de Mannheim, en 1995, en el que se impuso con un vibrante discurso a su rival, Rudolph Scharping.

Las palabras de Lafontaine tuvieron rápida respuesta desde el SPD, formación que lleva años soportando sus ataques desde medios como el «Bild», tertulias televisivas o «best-sellers».

Desde su intempestiva dimisión como jefe del partido y ministro de Finanzas de Schröder, en 1999, apenas seis meses después de su llegada al poder, Lafontaine no ha dejado pasar ocasión de criticar al gobierno de socialdemócratas y Verdes.

«Oskar: vete ya. Acaba de una vez con tu charlatanería. Deja de hacer daño al SPD», le instó el secretario general del SPD, Klaus Uwe Benneter. Lafontaine no tenía relaciones con el SPD y con Schröder.