En consecuencia, la provisión de combustible tanto en El Alto como
en La Paz, sede del gobierno de Bolivia, se restableció desde ayer
en la planta de Senkata, que había estado sitiada día y noche por
grupos de vecinos en huelga.
A esta decisión de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de
El Alto se sumaron los campesinos que mantenían cerradas las
principales carreteras del país, que levantaron sus bloqueos tras
el cambio de gobierno en el país, según informes policiales.
Los líderes alteños acordaron abrir las vías tras aceptar una
invitación del nuevo presidente boliviano, Eduardo Rodríguez, para
discutir en una reunión las demandas de la Fejuve, informaron
fuentes de ambas partes.
En una carta enviada a los líderes sindicales, Rodríguez, que el
jueves sustituyó al dimisionario presidente Carlos Mesa, había
invocado a «una tregua en las medidas de presión», en favor de los
ciudadanos tanto de El Alto como de la vecina ciudad de La Paz, que
están «viendo con desesperanza la imposibilidad de realizar sus
actividades con normalidad».
Con protección policial, los camiones con bombonas de gas
licuado de petróleo salieron rumbo a los barrios de ambas ciudades,
ante la expectativa de la población que empezó a realizar largas
filas en las calles para adquirir el carburante.
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