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V. GARCÍA/P. ALONSO-LONDRES
La nueva legislación para hacer frente a los «momentos difíciles» que vive el Reino Unido por la amenaza terrorista centró la reunión que el primer ministro británico, Tony Blair, celebró ayer con los líderes de la oposición. Blair, que calificó el encuentro de «constructivo», destacó que estos contactos demuestran la unidad del país ante la actual amenaza y envía un «mensaje claro» a los terroristas.

La respuesta de Blair a los ataques fue bien recibida por los votantes británicos, a juzgar por un sondeo de la firma Populus publicado ayer en el diario «The Times». El sondeo resalta que el liderazgo de Blair ha salido fortalecido hasta situarse en 5'55 puntos, sobre una escala de diez, frente a 5'07 puntos alcanzados en enero pasado. Si bien los votantes creen que su decisión de invadir Irak aumentó el riesgo de ataques terroristas.

El primer ministro recibió en su despacho de Downing Street al líder del Partido Conservador y jefe de la oposición británica, Michael Howard, y al «número uno» del Partido Liberal Demócrata (tercera fuerza política del país), Charles Kennedy. A su término, Blair recalcó en rueda de prensa que el país afronta «momentos difíciles» y espera convocar otra vez a los políticos antes del otoño para presentarles propuestas firmes sobre la nueva legislación antiterrorista.

En particular, Blair dijo que se trató la posible extensión del período de detención de sospechosos terroristas, que ahora es de catorce días, pero que la policía pide que sea de hasta tres meses. También se abordó la posibilidad de que los tribunales acepten como pruebas las escuchas telefónicas, que se considere como delito la asistencia a campos de entrenamiento terrorista o el acceso a publicaciones que inciten a actos de terror.